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El Gobierno confirmó que no adquirirá los derechos por razones económicas y puso fin a la continuidad iniciada en Alemania 1974. La decisión, que aún podría revertirse antes de diciembre, genera dudas sobre el acceso gratuito de los argentinos a la Copa del Mundo.
En la antesala del Mundial 2026, que se disputará en Estados Unidos, Canadá y México, el Gobierno nacional confirmó que la Televisión Pública no transmitirá los partidos del torneo. La decisión, según se explicó oficialmente, responde a un criterio económico y no político: se resolvió no destinar siete millones de dólares a la compra de los derechos.
La medida significa el final de una tradición de 52 años de transmisiones ininterrumpidas de la Copa del Mundo por parte del canal estatal. Desde Alemania 1974 la TV Pública había tenido presencia en cada Mundial, con mayor o menor cobertura: en algunas ediciones fue la única señal que transmitió los encuentros, mientras que en otras, como en Qatar 2022, compartió la televisación con emisoras privadas. La primera transmisión televisiva de un Mundial en Argentina se había realizado en 1970, aunque a través de un canal privado.
El Ejecutivo aclaró que todavía hay margen hasta diciembre para revertir la decisión si las condiciones cambian. Sin embargo, la resolución se enmarca en un plan de recortes de gastos del Estado y se suma a otras modificaciones recientes: este año la TV Pública no transmitió el partido entre Argentina y Chile por las Eliminatorias de septiembre, al no llegar a un acuerdo con los dueños de los derechos. Además, la emisora podría ser objeto de una auditoría en los próximos meses.
Como antecedente, en el Mundial de Qatar 2022 la participación estatal demandó cerca de 10 millones de dólares, más los costos de traslado de periodistas y técnicos. Pese a ello, la emisora registró ingresos publicitarios equivalentes a 12 millones de dólares al tipo de cambio oficial. Ese balance positivo generó polémica ya que alrededor del 20% de la recaudación provino de fondos provinciales y de organismos públicos.
La decisión de no adquirir los derechos para 2026 abre interrogantes sobre la posibilidad de garantizar el acceso universal y gratuito al evento deportivo más importante del planeta, así como sobre la estrategia del Estado frente a los grandes acontecimientos internacionales. Por ahora, la cadena que la Televisión Pública sostuvo durante más de medio siglo quedará interrumpida.