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Con el cruce de la cañería para el Gasoducto Gran Santa Fe resuelto debajo de la laguna Setúbal, aún quedan tareas pendientes en ambas costas donde se realizó la unión de los caños. Los operarios se enfrentan a una carrera contra el tiempo para completar el trabajo antes de que el sector quede bajo el agua debido a la crecida del río Paraná.
Juan Cesoni, vicepresidente de Enerfe, explicó que “se están llevando a cabo trabajos de soldadura para conectar el caño enterrado bajo el lecho con el que viene por tierra en ambas márgenes” (El Chaquito y Rincón). También se están retirando terraplenes en la zona.
Aunque el río Paraná está actualmente a 3,75 metros en Santa Fe y se espera un aumento en las próximas semanas, Cesoni señaló que, “aunque siempre hay complicaciones con movimientos rápidos en el lecho fluvial, la crecida estaba prevista en su programa de trabajo“.
En cuanto al cruce del río Salado, otro obstáculo natural, Cesoni indicó que “es un cruce significativo de unos 400 metros de longitud“.
Tras completar esta tarea, el equipo se dirigirá al terraplén de defensa en la Circunvalación de Santa Fe para realizar otro cruce con perforación horizontal dirigida. A pesar de algunos cruces especiales pendientes y la necesidad de avanzar en tramos específicos, gran parte del gasoducto, aproximadamente 48 kilómetros entre Arroyo Leyes y Esperanza, ya está enterrado.
