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La mesa política del Frente de Todos quedó inaugurada con una extensa reunión que arrancó tarde y terminó pasada la 1 de la mañana con un documento que reivindicó «la unidad en la diversidad» del espacio, la utilización de las PASO como herramienta para resolver las diferencias y rechazó la proscripción de la vicepresidenta Cristina Kirchner. De hecho, se conformará una comisión que le pedirá a Cristina que revea su posición y acepte ser candidata este año. «Su liderazgo y potencia electoral no nos puede ser arrebatado», afirmaron en el documento.
«Ratificamos la unidad del Frente de Todos y la estrategia para evitar la proscripción de Cristina. Esto significa un plan de acción, crear una comisión para que ella desista de la voluntad de no participar en las elecciones como candidata», explicó el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, quien actuó de vocero al término del encuentro a una hora inusual, lo mismo que la temperatura, muy baja para la época. El documento, trabajado en los días previos y pulido durante la reunión de cinco horas, se tituló: «Democracia sin proscripciones. Unidad para transformar». En el tramo referido a la vicepresidenta, subrayó: «No hay, o no debería haber, ningún poder económico, mediático o judicial capaz de decidir por encima de la voluntad popular».
«En 2023 se enfrentarán dos modelos de país. La Argentina de un progreso compartido, democrática e igualitaria; y el anacronismo de una derecha que concibe al país como una
plataforma de negocios para unos pocos», sostuvo el documento distribuido, que reconoció como tarea primordial «continuar los esfuerzos para reducir la inflación, aumentar el poder adquisitivo de los salarios y trabajar en cada una de las políticas públicas necesarias para que nuestra gente viva mejor». Admite que eso formó parte del contrato electoral de 2019 pero «estos cuatro años de gobierno se vieron atravesados por circunstancias externas, como la pandemia y la guerra, que agravaron la situación de una economía devastada y sometida a un endeudamiento salvaje por el gobierno de Macri».
En el documento quedaron planteadas las PASO como la herramienta institucional para «sintetizar las diferentes visiones de un proyecto común». Claro que el planteo de la competencia interna tenía que ver con la situación previa a la reunión, con varios posibles postulantes en equilibrio. La posibilidad de que Cristina sea candidata cambia el escenario.
Del encuentro en la sede del PJ Nacional participaron 33 dirigentes en representación de los distintos espacios internos, entre ellos el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía, Sergio Massa, y el diputado Máximo Kirchner, la aparición sorpresa de la reunión. Así, los representantes kirchneristas resultaron más de los esperados y desde el vamos pusieron sobre la mesa la situación de la vicepresidenta, planteándolo como la situación prioritaria que debía tratarse.
Alberto llegó al encuentro junto al flamante jefe de Gabinete, Agustín Rossi. Ingresaron con ellos el canciller Santiago Cafiero, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. Ellos funcionaron como los representantes del «albertismo» en la reunión. El Presidente abrió la sesión a las 20.15, con Massa a un lado y el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, del otro. Agradeció a todos la participación e hizo una introducción sobre su intención de discutir la estrategia electoral del oficialismo. Luego le fue pasando la palabra a cada uno que lo solicitaba.
Máximo y Wado llegaron juntos. En la puerta saludaron efusivamente al intedente de Ensenada, Mario Secco. El propio Máximo había anticipado en una entrevista que no participaría de la reunión aunque hacía tiempo que reclamaba el armado de una mesa política. De hecho, Alberto anunció la convocatoria horas después de que Máximo armara un encuentro similar, pero sólo del oficialismo bonaerense en Merlo. El diputado, muy dado al «efecto sorpresa», finalmente resolvió darse una vuelta por la calle Matheu.
En los días previos, Máximo había organizado encuentros con dirigentes políticos y con sindicalistas en los que se insistió en el rechazo a la proscripción de Cristina, incluso reflotando la posibilidad de una candidatura presidencial. La propia vicepresidenta anunció luego de la sentencia en su contra, en diciembre pasada, que no sería candidata a nada. “No voy a someter a la fuerza política que me dio el honor de ser dos veces presidenta y una vicepresidenta a que la maltraten en periodo electoral con una candidata condenada, con inhabilitación perpetua”, explicó.
En las inmediaciones de la sede del PJ, la nueva agrupación «La Patria es el Otro» que orienta el ministro bonaerense Andrés Larroque, pegó el afiche con la imagen de la vicepresidenta haciendo la «v» y la leyenda «Proscripción un carajo. Cristina 2023», con el que ya venía empapelando el Conurbano. Los sindicalistas Hugo Yasky (CTA) y Abel Furlán (UOM) fueron de los primeros en exponer la situación en el salón en el que se realizó el encuentro. Fueron varias horas de discusión amenizadas con empanadas y sanguchitos de catering.
Otro que hasta último momento no había confirmado su participación fue Massa, quien llegó sobre el inicio. Se le adelantó la representación del Frente Renovador encabezada por la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moeau, y en la que también estaba su esposa y titular de Aysa, Malena Galmarini. Hasta la semana pasada, el ministro de Economía parecía número puesto para quedarse con la candidatura presidencial del Frente de Todos con amplios respaldos, pero el salto del último índice de inflación hizo bajar sus acciones. Massa busca ahora mostrarse hiperactivo en la búsqueda de soluciones a los desafíos de la economía para mantener en pie sus aspiraciones.
Del encuentro participaron también los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Mariano Arcioni (Chubut). En representación de los intendentes asistieron Secco, Fernando Espinoza (La Matanza) y Mayra Mendoza (Quilmes), por la Tercera Sección electoral del conurbano bonaerense, y Alberto Descalzo (Ituzaingó), Mariel Fernández (Moreno) y Lucas Ghi (Morón) por la Primera Sección. Entre los sindicalistas también asistieron los cotitulares de la CGT Héctor Daer y Pablo Moyano, y el bancario Sergio Palazzo entró como representante del kirchnerismo.
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