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Están hechos con las telas antivirales desarrolladas por científicos argentinos. Se producen 5.000 al mes y la mitad de ellos son distribuidos en forma gratuita en comedores populares.
El Frente Darío Santillán está confeccionando en su Polo Textil de Avellaneda barbijos con telas antivirales desarrolladas por el Conicet, que pone a la venta a precios más bajos que los de mercado, a través de su comercializadora MeCoPo. Se trata con las mismas características de las mascarillas conocidas como Atom Protec, que dan una protección frente al coronavirus mayor que los tapabocas caseros, ya que inactivan al virus.
La posibilidad de que estos barbijos sean fabricados por la economía popular fue abierta por el sistema universitario. La tela fue desarrollada por el CONICET, la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de San Martín para la textil Kovi S.R.L, una PyME de La Matanza. En el convenio, los investigadores le otorgaron a la empresa textil una licencia exclusiva para su fabricación con la condición de que, durante los primeros seis meses de producción, donara el 10 por ciento de sus telas a pequeños talleres del conurbano bonaerense.
El Polo Textil del Frente Darío Santillán está confeccionando hoy unos cinco mil barbijos por mes. «A una mitad de la producción la distribuimos de manera gratuita a comedores populares y otra mitad la ponemos a la venta a través de nuestra comercializadora MeCoPo, a precio bajo. Así pagamos insumos -los elásticos e hilos- y garantizamos que los trabajadores de la cooperativa puedan mejorar sus ingresos», contó Silvia Cano, del FPDS.
El Mecopo está poniendo a la venta los barbijos a 150 pesos la unidad, cuando que en el mercado cuestan más de 400. Ese precio tan bajo está ligado a que la tela fue donada; para evitar que este mecanismo solidario sea cooptado por revendedores, la comercializadora del Frente Darío Santillán fijó un tope de venta de 20 barbijos por persona.
«Hay 60 compañeras que están trabajando en la confección de los barbijos, en el Polo Textil. Nosotras ya desde el comienzo de la pandemia habíamos empezado a hacer tapabocas para los comedores, merenderos de los barrios, pero la llegada de la tela del Conicet fue muy importante para dar un salto y poder llevar estos barbijos que dan una protección mayor a personas que no podrían comprarlos», señaló Cano.
El Frente va rotando los lugares a los que dona los 2500 barbijos mensuales. Los llevaron a comedores de la villa 21- 24, en CABA, a Quilmes, San Martín y Merlo.
Como comercializadora alternativa, el MeCoPo se ocupa de sacar a la venta la otra mitad de la producción. Lo entrega a domicilio, a compradores individuales o través de sus círculos de consumo. Cualquier persona puede hacer el pedido a través de la página web del MeCoPo.
Conocidos con el nombre de Atom-Protect los barbijos tienen una triple capa de protección -antibacterial, antiviral y antihongos- y una durabilidad equivalente a 15 de los descartables. La primera capa de la mascarilla es impermeabilizante, ya que se adhiere a la primera tela para frenar el ingreso de fluidos y la salida de partículas de la boca. La segunda capa fue realizada con nanopartículas que destruyen el virus, bacterias y hongos. La tercera capa es el soporte de las anteriores y está hecha de una tela de algodón-poliéster que absorbe la humedad emitida al hablar y respirar.
Sus propiedades antimicrobianas fueron testeadas por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y su acción antiviral por el Instituto de Virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Tiene además la aprobación de Anmat.
Los barbijos son de uso social. La principal diferencia con los de uso médico es que no están confeccionados con termofusión sino que son cosidos. Por esto, en el Polo Textil pudieron utilizar sus máquinas de costura tradicionales para confeccionarlos.