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Diez adolescentes ya se anotaron en el curso gratuito que dictará el músico Agustín Gardil. El proyecto busca preservar el legado cultural de los primeros inmigrantes y sumar nuevos instrumentos al equipamiento municipal.
El reciente llamado del Municipio de Nueva Helvecia para aprender a tocar el acordeón, dirigido a jóvenes de entre 11 y 18 años, tuvo una rápida respuesta: ya se inscribieron diez participantes, con una paridad perfecta entre cinco varones y cinco mujeres.
La mayoría son oriundos de la ciudad y, si bien cuatro ya tienen experiencia con otros instrumentos, para los demás será su primera incursión musical, aunque algunos poseen conocimientos en otros estilos.
Las clases estarán a cargo de Agustín Gardil, músico argentino radicado en Paysandú, y se dictarán una vez por semana, los días viernes, con una duración de cuatro horas por jornada, totalizando 16 horas mensuales.
Con esta propuesta, el Municipio busca mantener vivas las tradiciones musicales heredadas de los primeros inmigrantes suizos, presentes en el repertorio de varios grupos de danzas regionales, y garantizar el recambio generacional.
Además, se proyecta la compra de cuatro acordeones que pasarán a integrar el patrimonio musical municipal, con el asesoramiento de la especialista Elizabeth Rode.
Un antecedente histórico-musical
Según registros históricos, el bandoneón llegó por primera vez al Río de la Plata en 1863, traído por el mayor suizo Federico G. Bion, quien desembarcó en Nueva Helvecia. En manuscritos y memorias conservadas, Bion relató que uno de sus compatriotas, identificado como Schumacher, era “nuestro bandoneonista”, ejecutando el instrumento durante el viaje.
Este hallazgo ofrece un antecedente temprano del uso del bandoneón en la región, antes de que se convirtiera en símbolo del tango, y revela el vínculo pionero entre la inmigración suiza y la música popular rioplatense, reforzando el valor cultural de esta nueva iniciativa municipal.