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Maximiliano, vecino de Villa Ñati, San José del Rincón, expresó su malestar tras recibir facturas desproporcionadas de la cooperativa de agua potable. Mientras en julio pagó $6.600, los montos se dispararon en agosto a $48.906 y en octubre alcanzaron los $186.315, valores que considera injustificados.
El vecino explicó que no ha hecho un uso excesivo del servicio, pues el agua de la cooperativa la emplea únicamente para tareas domésticas: bañarse, lavar platos y ropa, pero no para consumo ni llenado de pileta. «La pileta la lleno con perforación», aseguró Maximiliano, descartando un uso masivo del agua provista por la cooperativa. A pesar de sus reclamos anteriores, la cooperativa sostuvo que el consumo es «normal».
En una primera instancia, el reclamo fue realizado en la cooperativa local, que envió a personal técnico para constatar posibles pérdidas. «Vinieron, dijeron que estaba todo bien, que el consumo era correcto», relató Maximiliano. Sin embargo, recibió en octubre una factura que reflejaba un consumo de 151.000 litros, equivalente a casi $180.000, lo cual no tiene explicación según el vecino, ya que no se observaron indicios de pérdidas o fugas.
Preocupado por la situación y sin respuestas satisfactorias por parte de la cooperativa, Maximiliano llevó su reclamo al Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ENRES), a la espera de una solución justa. «Espero que el ENRES me dé una respuesta. No sé qué me va a venir el mes que viene; tengo miedo que se repita esta situación», expresó.
El vecino hizo un llamado a los demás habitantes de San José del Rincón a estar atentos a sus facturaciones y reclamar en caso de irregularidades. «Los servicios ya están caros, pero que te facturen lo que ellos consideren justo sin revisión puede arruinarte el mes», reflexionó. Maximiliano señaló que, de continuar la situación, tendría que recurrir a usar agua de perforación para cubrir sus necesidades básicas.
Mientras espera una resolución por parte del ENRES, la incertidumbre sobre futuras facturaciones y la falta de respuestas claras por parte de la cooperativa mantienen en vilo al vecino, que insiste en la necesidad de una revisión exhaustiva del servicio y un manejo transparente de los registros de consumo.