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Cada 7 de octubre, la ciudad de Paraná capital de Entre Ríos, celebran el día de su patrona, Nuestra Señora del Rosario. Detrás de ello una historia ha perdurado durante casi 350 años que la vincula a San José del Rincón. La historia de la Virgen del Rosario en Paraná se remonta a 1731, cuando la imagen llegó desde San José del Rincón y se estableció de manera definitiva en la parroquia de la Bajada del Paraná.
La llegada de la Virgen del Rosario a Paraná fue recibida por el padre Francisco Arias Montiel, quien no solo se convirtió en el primer cura de la parroquia, sino también en el primer maestro de la ciudad. Desde entonces, la Virgen se estableció como un símbolo de protección y esperanza, y la Catedral de Paraná, que alberga su imagen, es hoy uno de los templos más grandes y bellos del país.
La historia de la imagen de la Virgen se remonta a 1573, cuando se cree que llegó a América desde España, y posteriormente, en 1678, fue trasladada a San José del Rincón por ese entonces los pagos de Anton Martin. Finalmente, el 27 de mayo de 1731, la imagen llegó a Paraná, vestida con un manto de nobleza y guarniciones de encaje blanco, según consta en los documentos parroquiales de la época. Este evento marcó el comienzo de una devoción mariana que ha unido a ambas ciudades a lo largo del tiempo.
La imagen se encuentra en el altar mayor de la Catedral de Paraná, y es honrada permanentemente por los fieles. La ciudad de Paraná, creció paulatinamente alrededor de esta devoción, y los paranaenses celebran cada año con orgullo la protección de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad.
El 7 de octubre, la Iglesia Católica celebra el día de la Virgen del Rosario, patrona de varias ciudades, incluyendo Paraná, Rosario de Santa Fe y Rosario del Tala. Esta celebración tiene un gran significado histórico y cultural para las comunidades, que honran a la Virgen como símbolo de protección y fe.
La llegada de la Virgen del Rosario a Paraná y su establecimiento como patrona consolidó una tradición que perdura hasta el día de hoy, reflejando la identidad y la historia compartida entre San José del Rincón y Paraná, dos ciudades hermanadas bajo el manto de la Virgen.