SÓLO 1 DE CADA 3 NIÑOS TIENE LA VACUNA ANTIGRIPAL Y PREOCUPA EL AUMENTO DE CUADROS GRAVES

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El informe denominado «Estacionalidad de la Influenza en Pacientes Hospitalizados con Infecciones Respiratorias Agudas Bajas: Un estudio multicéntrico en Argentina pre y post-pandemia» realizado en instituciones de referencia en Argentina reveló cómo cambió la epidemiología de la influenza y otros virus respiratorios tras la pandemia de covid-19.

El panorama es alarmante: más del 60% de los niños menores de 5 años hospitalizados por influenza sufren comorbilidades, lo que incrementa significativamente el riesgo de complicaciones graves. 

Aunque la vacunación antigripal es gratuita y obligatoria para chicos de entre 6 y 24 meses, solo un poco más del 30% de los niños internados fue vacunado. Esto deja a un grupo considerablemente vulnerable frente a una amenaza prevenible.

El informe muestra que el 63% de los niños hospitalizados por gripe padecían enfermedades preexistentes, como asma, obesidad o inmunosupresión. Sin embargo, solo el 30% de ellos había recibido la vacuna, lo que expone la necesidad urgente de mejorar la cobertura de inmunización en esta población de alto riesgo.

La doctora Lucila Ortellao (Mat. 4547), médica pediatra y presidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) seccional Santa Fe, advierte sobre los riesgos que conlleva esta tendencia, que esta temporada se agravó por la circulación de los virus de la gripe A y B. «El problema de las bajas tasas de vacunación es algo que vemos reflejado, especialmente ahora, con el virus de la gripe. Hace unos meses circulaba la gripe A, y en la actualidad la gripe B. Son enfermedades prevenibles con vacunas que son gratuitas, accesibles y forman parte del calendario nacional obligatorio, pero las tasas de vacunación siguen siendo alarmantemente bajas», expresó la doctora Ortellao. Pese a que la vacuna antigripal es obligatoria, las tasas de vacunación en chicos de 5 años no superan el 30% en muchos casos. “A fin de temporada puede observarse un leve repunte, llegando al 50%, pero esto es insuficiente. Deberíamos alcanzar una cobertura superior al 85% para estar tranquilos, y estamos lejos de ese objetivo», añadió la pediatra.

Las cifras son especialmente preocupantes, considerando que la gripe puede generar complicaciones graves en los grupos más vulnerables, como los niños pequeños, las personas con enfermedades crónicas y los adultos mayores. La doctora Ortellao subrayó que, aunque no todas las enfermedades provocan la muerte, muchas pueden dejar secuelas graves. «Vemos niños con miositis post-influenza, un dolor muscular que afecta su capacidad para caminar, todo por no haber recibido la vacuna a tiempo», explicó.

Síntomas de la gripe

La especialista diferenció el virus de la gripe del resfriado. La primera genera fiebre alta, que puede extenderse entre tres a siete días, dolor articular, muscular, dolor de cabeza y de ojos.

«La gripe es la afectación del estado general.— señaló la pediatra— Dentro de la gripe que es el virus influenza, tenés el A y el B, dentro del A tenés distintos serotipos. Si te pescas uno, no quiere decir que estés cubierto para otro tipo de gripe».

Luego de atravesar un cuadro de gripe, la persona está predispuesta y queda expuesto a infecciones bacterianas, situaciones que puede prevenirse con una vacuna.

El riesgo de enfermedades reemergentes

Además de la gripe, la falta de vacunación está abriendo la puerta a enfermedades reemergentes que ya habían sido controladas, como el sarampión. «La OPS ya está alertando sobre el regreso de enfermedades que creíamos erradicadas, como el sarampión, que solía cobrarse la vida de muchos niños. Es fundamental que los chicos tengan sus vacunas al día para evitar complicaciones que pueden prevenirse», advirtió la pediatra.

Ortellao también mencionó la importancia de vacunas como la de la hepatitis B y la del virus del papiloma humano (HPV), que previenen el cáncer de hígado y de cuello de útero, respectivamente. “No tiene explicación por qué estas vacunas no se aplican, si es por miedo o desconocimiento, pero no colocarlas es un grave error», lamentó.

Desde la SAP, Ortellao sugiere recuperar estrategias que en el pasado demostraron ser efectivas, como campañas de vacunación en las escuelas y la intervención de los agentes comunitarios que acudían directamente a las viviendas para vacunar a los niños que no habían sido inmunizados. «Antes, los centros de salud tenían información sobre los pacientes que no se vacunaban, y los agentes de salud se desplazaban a sus hogares. Esta estrategia sería ideal para mejorar la cobertura», afirmó.

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