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La cadena de supermercados mayoristas Makro ha decidido abandonar Argentina debido a la recesión económica, poniendo a la venta sus 24 sucursales en el país. Esta decisión tiene un impacto significativo en Santa Fe, donde alrededor de 55 empleados podrían verse afectados por el cierre de la sucursal local.
Makro, que comenzó su andadura en Argentina en 1988 con un local en Olivos en colaboración con el empresario Francisco de Narváez, anunció que busca vender sus activos por al menos 200 millones de dólares. La cadena, que compite en el sector mayorista con empresas como Maxiconsumo y Diarco, ha confiado el mandato de venta a un banco internacional con operaciones en Argentina y ya ha iniciado negociaciones con potenciales compradores, incluidos otros actores del sector mayorista y cadenas de supermercados.
El secretario General del Centro Unión de Empleados de Comercio (Cuec), Edgardo Coria, expresó su preocupación por el impacto de esta venta en los empleados de Santa Fe, donde se estima que alrededor de 55 trabajadores podrían verse afectados. Coria adelantó que se presentará una nota al Ministerio de Trabajo para garantizar que se mantenga el plantel laboral y evitar despidos masivos. “La idea es tratar de que se mantenga el plantel de todos los trabajadores y de que no se produzcan despidos masivos,” destacó Coria.
Makro ya había reducido su presencia en América Latina, desinvirtiendo en Perú, Venezuela y Brasil. En Santa Fe, la situación del empleo ha mostrado una tendencia estable en comparación con el primer semestre del año, aunque el mercado enfrenta una baja en las ventas que preocupa tanto a trabajadores como a empleadores.
La salida de Makro de Argentina subraya los desafíos que enfrentan las empresas internacionales en un entorno económico incierto. Las autoridades laborales y los sindicatos están atentos para proteger los derechos de los empleados durante este proceso de transición y venta de activos.