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La agroindustria le reclama al Gobierno una urgente baja de retenciones para “dar una señal contundente antes del inicio de la siembra de soja y maíz”. Los exportadores creen que si no se toma la medida, el ingreso de dólares del sector en 2025 será menor al de 2024. Los productores hablan de una “alerta roja” por la baja de los precios internacionales y la caída de los márgenes. Apuestan a que con una reducción del 33% al 25% en los derechos de exportación, Argentina podría cosechar once millones de toneladas más del poroto.
Con la intervención en los dólares paralelos, el Gobierno consiguió encadenar por tercera semana consecutiva una temporal paz cambiaria. La pregunta que se abre es cuánto se puede sostener esa estabilidad, mientras el Banco Central pierde semana a semana reservas brutas y las netas se encuentran en terreno negativo por más de u$s6.000 millones.
Para el frente cambiario, el mundo trae malas noticias. El precio internacional de la soja continúa a la baja, perforó los u$s360 por tonelada, perdió más de un 30% en lo que del 2024 y ya es la peor marca en los últimos dieciocho años. El complejo agroindustrial que aporta más del 40% de las divisas que ingresan al país en concepto de exportaciones, tomó nota.
Los exportadores creen que si no hay algún guiño de cara a la próxima campaña, el ingreso de divisas en 2025 será menor al del 2024. Fuentes del sector señalaron que en el último año se registró una pérdida de competitividad muy abrupta “por costos elevadísimos” e “ingresos que se derrumban en términos reales”.
Este año, el ritmo de comercialización fue más lento al previsto por el Gobierno, que tras la sequía que golpeó al sector en 2023, esperaba un fuerte aluvión de divisas en el primer semestre. En contraposición, la liquidación fue muy espaciada por la expectativa de una unificación cambiaria y de mejores condiciones internacionales que finalmente nunca llegaron.
Para la campaña que viene las perspectivas no son buenas. Los consultores del sector hablan de “márgenes muy negativos” para la soja y el maíz, cuya intención de siembra también cae por el efecto de la chicharrita. Advierten que parte de la producción de soja podría derivarse al maní, que no paga retenciones.
Baja de retenciones y cuentas fiscales
Un escenario de estas características le pegaría de lleno a la industria que ya opera con altos niveles de capacidad ociosa. En declaraciones radiales, el presidente de CIARA, Gustavo Idígoras, propuso bajar rápidamente las retenciones a la soja del 33% al 25% para cosechar 11 millones de toneladas de poroto más y sumar unos u$s5.000 millones en exportaciones.
Del lado del Gobierno miran celosamente la hoja de las cuentas fiscales. El superávit financiero es la prioridad, por eso descartaron una baja inminente. Aunque un ejercicio que hizo la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, asegura que la recaudación en otros impuestos, no sólo compensaría los cerca de u$s360 millones que se perderían por derechos de exportación, sino que sumarían unos u$s393 millones netos.
En el sector definen al escenario como “delicado”, los productores aseguran que la caída de los márgenes enciende una “alerta roja”. El equipo económico de Javier Milei apuesta a que la baja de diez puntos porcentuales en el impuesto País agendada para septiembre mejore las condiciones, aunque eso no tendría un impacto inmediato porque parte de los insumos ya fueron nacionalizados.
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