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Mienten, difaman; hacen todo lo que está a su alcance para lograr sus objetivos, sin importarles absolutamente nada ni nadie.
Para lograr lo que pretenden están dispuestos a todo, inclusive a atentar contra la propia democracia, cambiando el sentido y significado de las palabras, como llamar dictadura a un gobierno elegido por el voto popular o cambiar las cosas echándole culpas a este gobierno de situaciones que generaron ellos o solicitando que se haga lo que ellos no hicieron mientras eran gobierno y recibieron un estado en mejores condiciones comparado con el que dejaron.
Ni hablar de la pandemia, donde prefieren la muerte de muchos argentinos a que quienes gobiernan tengan éxito en la gestión.
Si estaríamos hablando de deportes, diríamos competencia desleal. Son inmorales; se sienten impunes porque una cantidad importante de comunicadores actúan junto ellos y ocultan la verdad.
Conocedores que la mayoría del pueblo esta cumpliendo con el aislamiento, salen a las calles en números menores para hacer creer que ellos son el pueblo, así lo dicen sus medios cómplices. Algunos jueces todavía los avalan y les cubren sus espaldas.
Frases llenas de odio, intolerancia y patoterismo; más un atentado con explosivos (lo único que nos faltaba) nos deben poner en alerta. Estos sectores se dicen republicanos, creen que son los únicos que producen; que los trabajadores nada tienen que ver con eso y que no tienen derecho a gobernar a través de sus representantes. Preocupa esta escalada de violencia y preocupa que fomentando el caos, todavía tengan ascendencia sobre ciertos sectores de la población.
Por Oscar Rosas.
