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El contexto inflacionario que atraviesa Argentina impacta de lleno en el mercado inmobiliario, con un nuevo ajuste de alquileres a la vuelta de la esquina. En abril, los inquilinos que renueven sus contratos se enfrentarán a un aumento del 197,7% en aquellos contratos atados al Índice de Contratos de Locación (ICL).
Tres formas de calcular el ajuste:
Índice de Contratos de Locación (ICL): Combina la evolución de la inflación y los salarios.
Índice Casa Propia: Se basa en la evolución del costo de la construcción.
Índice de Precios al Consumidor (IPC): Mide la inflación general.
Un duro golpe para los inquilinos:
El elevado aumento del ICL representa un duro golpe para los inquilinos, que ya venían con dificultades para afrontar el pago del alquiler. La suba impactará en los bolsillos de miles de familias y podría generar un aumento en la morosidad o incluso en la desocupación de viviendas.
Opciones limitadas:
La Ley de Alquileres establece un plazo mínimo de alquiler de tres años. Los inquilinos que no puedan afrontar el aumento del 197,7% pueden:
Negociar con el propietario: Reducción del aumento o rescisión del contrato.
Rescindir el contrato: Deben pagar una multa equivalente a un mes de alquiler.
Un mercado en constante cambio:
La implementación del DNU desregulatorio de la economía generó incertidumbre en el mercado inmobiliario. Propietarios e inquilinos buscan nuevas formas de acordar la duración de los contratos y el método de actualización de los alquileres.
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