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En el marco del acuerdo con el FMI, la Argentina se comprometió a acumular reservas por unos US$ 8.000 millones hasta fin de año y subir tarifas de energía, luego de que el organismo dijo que el programa anterior con el país «descarriló».
En su staff report, el Fondo dijo que el «descarrilamiento» se debió a la «histórica sequía, desvíos y demoras», en la aplicación de reformas. Hizo notar la falta de aplicación por parte del Gobierno de correcciones que habían sido pactadas a lo largo de este tiempo.
«Las autoridades están implementando ahora un paquete de medidas para encarrilar el programa”, dijo el reporte.
Y adelantó que en septiembre habrá subas de luz para los hogares de ingresos bajos y medios, y comercios, lo cual genera dudas en medio del calendario electoral.
El FMI advirtió que las metas del segundo trimestre no se cumplieron, al sostener que «los criterios de desempeño de fines de junio para la acumulación de reservas internacionales netas, el equilibrio fiscal primario y la financiación del déficit fiscal no se cumplieron por amplios márgenes».
Además, si bien admitó la existencia de un evento extraordinario como la sequía, que provocó una caída de 37% de los volúmenes exportados en la agricultura, critica que el gobierno priorizó «la estabilidad de corto plazo», por encima de la «agenda estructural».
Y señala que hubo «demoras» en completar la revisión quinta del acuerdo -debería haberse finalizado en junio- y los esfuerzos para bajar la inflación y acumular más reservas directamente han sido «esquivos».
El FMI advirtió también que «la inflación se ha desanclado», y proyecta ahora un costo de vida del 120% para el año -por debajo de las expectativas del mercado-, aunque condiciona la factibilidad de esta proyección a qué proporción del aumento del dólar oficial de 20% del lunes 14 de agosto, se traslade a precios.
El organismo rebajó también el pronóstico de crecimiento para la Argentina: espera ahora una contracción del PBI de 2,5% (antes preveía un leve crecimiento de 0,2%).
Tras largas negociaciones que llevaron más de un semestre, el Directorio del Fondo Monetario aprobó finalmente este miércoles el desembolso de US$ 7.500 millones de la quinta y sexta revisión del programa.
La Argentina necesitaba esa plata -que fue enviada en DEGs, la moneda del Fondo- para pagarle al mismo organismo las cuotas del préstamos que pidió en 2018 por US$ 54.000 millones. Como no la consiguió a tiempo, tomó deuda de la CAF, Qatar y China, que ahora será devuelta.
Las revisiones del FMI consisten en evaluaciones que su staff hace sobre el grado de cumplimiento o no de un país sobre las metas comprometidas.
En cuanto a la acumulación de reservas, el FMI prevé que «el nuevo paquete de políticas aumentará las reservas internacionales netas en aproximadamente 8 mil millones de dólares entre agosto y diciembre.
Aún así no se llegaría al objetivo de la cuarta revisión de finales de 2023.
Más allá de este año, si bien el alivio de las condiciones de sequía debería respaldar el crecimiento, el Fondo espera que la recuperación a la tendencia sea «gradual, dados los obstáculos derivados de las políticas necesarios para abordar los desequilibrios macroeconómicos persistentes».
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