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La inflación de junio volvería a mostrar una leve desaceleración con respecto al mes previo, según distintas consultoras privadas. Así, el dato de este mes sería el más bajo desde febrero, hecho que se explica por diversos factores entre los que se destacan una menor suba en alimentos y regulados, como así también un menor componente estacional.
En ese marco, los pronósticos de distintos analistas consultados por Ámbito oscilaron entre una variación del IPC “por debajo” del 7% y el 7,5%. Menor al 7,8% de mayo, como así también del 8,4% de abril y el 7,7% de marzo.
“Probablemente la inflación de junio cierre por debajo del 7%. Se debe a una menor suba en alimentos, especialmente en la primera quincena; algo que en la tercera semana se empezó a revertir. Por otro lado, a diferencia de mayo, en junio sólo tenés aumento de electricidad, en vez de gas y electricidad”, explicó Camilo Tiscornia, de la consultora C&T.
Por su parte, Francisco Ristorto, economista de ACM, remarcó que “es probable que observemos una desaceleración en junio”. “Dada la evolución actual de precios, estamos proyectando una inflación del mes en torno al 7,2%. Este sería el valor mensual más bajo registrado desde febrero de este año, lo que implica una desaceleración respecto a los últimos meses y que acompaña lo visto en mayo”, señaló.
“Esta desaceleración está relacionada principalmente a una moderación en el aumento de alimentos y bebidas -segmento de mayor incidencia dentro del IPC-, donde parece que carnes y frutas presentaron un menor incremento en la primera mitad de junio. Por último, se espera un aumento de los precios regulados por debajo de lo ocurrido en mayo, aportando a dicha desaceleración respecto a los últimos meses. Además, no hay que desconsiderar el factor ‘sorpresa’ del dato de mayo, que mostró un valor más bajo del esperado por el mercado, lo que permite al Gobierno intentar contener la inercia inflacionaria vía expectativas”, agregó.
“De igual forma, si bien es una noticia positiva, no hay que tomarlo como una señal de cambio de tendencia. La inflación sigue elevada y la incertidumbre electoral (en conjunto con un escenario de incertidumbre cambiaria) provoca una fuerte inercia difícil de calmar”, subrayó Ristorto.
Por su parte, Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, analizó que, “con datos hasta la tercera semana, el IPC Libertad y Progreso apunta a cerrar con una suba mensual del 7,3% en junio”. “Con esta medición, lo que podemos decir es que la inflación no se aceleró, pero no por eso que se ha desacelerado”, remarcó.
“Esto puede parecer contraintuitivo, más si observamos que en mayo el IPC fue de 7,8%, pero la realidad es que la estacionalidad de precios juega a favor en el segundo trimestre del año y eso hace que, en general, la suba mensual del IPC para los meses de abril hasta junio vaya bajando. Sin por eso estar mostrando una desaceleración en el ritmo de inflación subyacente. Entonces, que el IPC de junio tenga una suba mensual menor a la de mayo es algo que está dentro de la normalidad. Lo que fue anormal fue la suba del IPC de abril, que estuvo bien por encima del de marzo (8,4% vs 7,7%)”, graficó Marí.
Por su parte, según señalaron desde la consultora Analytica, sus proyecciones ubican la inflación de junio en torno al 7,5%.
Alimentos
Si bien los alimentos presentan una evolución por debajo a la evidenciada en los meses anteriores, de acuerdo al relevamiento de la consultora LCG se aceleraron durante la tercera semana junio: la canasta que mide la firma marcó un incremento del 2,7% semanal, acelerándose 1,9 p.p. frente a la semana previa y para acumular una inflación del 4% en lo que va del mes. “La inflación promedio mensual también se aceleró a 6,8%, 0,3 pp más que la semana previa (punta contra punta la suba es de 7,6% mensual)”, analizaron.
“Esta semana el porcentaje de productos fue considerablemente superior al de semanas anteriores: 57%. Este nivel sucede a tres semanas al hilo con un 17,5% de los productos relevados con aumento. Sumando este último dato, el promedio mensual es de 27% actualmente, lo que significa que el total de la canasta ajusta cada 3,8 semanas en promedio”, explicaron.
Los productos panificados, cereales y pastas, y los lácteos y huevos, explicaron buena parte de la suba en la tercera semana. Una menor incidencia tuvieron las carnes y verduras.