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Los camaristas federales Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi instaron ayer a la jueza María Eugenia Capuchetti a avanzar en la elevación de la parte principal del caso a juicio oral por el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los camaristas, de probada filiación macrista, ordenan así cerrar las investigaciones en curso, que apuntaban tanto al financiamiento de los acusados como a la relación con el diputado nacional Gerardo Milman, ex segundo del Ministerio de Seguridad durante la gestión de Patricia Bullrich.
Llorens es un integrante del equipo de fútbol Liverpool, que juega en la liga que tiene lugar en Los Abrojos, la quinta de Mauricio Macri. En el mismo equipo también está el fiscal de la causa Vialidad, Diego Luciani. Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi fueron puestos a dedo por Macri en la Cámara Federal, son los responsables de haberlo sobreseído en la causa por espionaje a los familiares del ARA San Juan, además de haber validado como prueba y de innumerable cantidad de fallos cortados todos por el mismo criterio: a favor de Macri, en contra de CFK.
Específicamente en tratamiento de la causa por el intento de asesinato a CFK, estos camaristas ya había negado la recusación de la jueza Capuchetti, sosteniéndola en la causa, y en noviembre del año pasado habían liberado a los integrantes de Revolución Federal e instado también a la elevación a juicio.
Cabe recordar, la investigación del intento de asesinato a CFK comenzó con el borrado del celular de Fernando Sabag Montiel, que pasó por manos de la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
La representación legal de CFK había solicitado la recusación de la jueza Capuchetti en razón de sus demoras y extravíos en la investigación, a lo que se sumó su participación en actividades incompatibles en el Instituto Superior de Seguridad Pública del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Entre otras líneas principales que no avanzan, se encuentra la del financiamiento de las bandas de ultraderecha implicadas en el hecho, a través de empresas relacionadas con Nicolás Caputo –íntimo de Mauricio Macri– y las conversaciones entre el diputado Gerardo Milman y sus asesoras respecto del intento de asesinato, en días previos al hecho.
La investigación se encuentra agotada
El pedido de elevación a juicio se produjo a través de dos votos diferenciados. Quedarían así como únicos acusados Sabag Montiel –quien gatilló–, Uliarte (la novia de Sabag Montiel) y Carrizo (el que les dio los copos de azúcar para vender). La Justicia así refrenda la teoría de los «loquitos sueltos», que rápidamente se instaló en todo el espectro de medios de comunicación.
Bruglia y Bertuzzi decidieron mediante un voto conjunto «que frente a la situación de detención de los imputados y el estado de la investigación a su respecto, se proceda con la celeridad que el caso requiere a fin de avanzar en el estadio procesal», lo que implicaría llevar el caso a juicio oral y público.
Para Llorens, «más allá de que el plazo del proceso no parece excesivo para las distintas hipótesis de investigación que sugiere la querella –las que aún no han sido probadas siquiera con el grado de certeza que requiere esta etapa– lo cierto es que luce inadmisible que no se haya elevado a juicio el hecho principal cuando la investigación a su respecto se encuentra agotada y con sus imputados en detención preventiva».