LA CANASTA BÁSICA TREPÓ POR ENCIMA DEL 100% EN 2022

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Las líneas de pobreza e indigencia treparon 100,3% y 103,8%, respectivamente

El dato se ubica por encima de la inflación de 2022 (94,8%). Por su parte, el precio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) aumentó un 103,8%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) al dar a conocer las cifras de diciembre.

El costo de la Canasta Básica Total (CBT) subió 100,3% en 2022, por encima de la inflación (94,8%), mientras que el precio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) aumentó un 103,8%, informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) al dar a conocer las cifras de diciembre.

El organismo dio cuenta también que la CBT que, además de la comida mínima para la subsistencia reúne indumentarias y algunos servicios, aumentó 4,5% el mes pasado, por lo cual el mismo grupo familiar necesitó contar con ingresos por $ 152.515 para no caer debajo de la línea de la pobreza.

Por su parte, en el último mes del año la CBA aumentó 5% por lo que un grupo familiar integrado por una pareja con dos hijos, necesitó de $67.187 para comprar la comida indispensable, y no caer en la indigencia.

En tanto, según un informe del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina, el Índice de Pobreza en el tercer trimestre del año llegó al 43,1%, contra el 42,4% de julio-septiembre del 2021. Además, la indigencia, entendida esta como los pobres cuyos ingresos no les alcanza ni siquiera para comprar el mínimo de alimentación, alcanzó al 8,1%, por debajo del 9% de igual período del 2021.

Todo esto se dio en doce meses en que la economía creció 4,8%, y la inflación trepaba al 83%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El informe del Observatorio Social de la UCA destacó que “el escenario de pospandemia”, con la recuperación económica, el aumento de la ocupación, la caída del desempleo y los refuerzos en la asistencia social “lograron atenuar o incluso revertir la tendencia creciente de los indicadores de indigencia y pobreza”.

Incluso, “en un escenario crecientemente inflacionario, no se evidencia un crecimiento exponencial de la indigencia y pobreza por ingresos”. Esto se debería “a los esfuerzos” tanto de las familias, como “la política pública, de incrementar el número de perceptores laborales y no laborales (planes sociales) de los hogares”.

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