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Este 20 de mayo, San José del Rincón recordó el 68.º aniversario del fallecimiento de Ludovico Paganini (1883-1957), artista plástico ítalo-santafesino que abrió el camino del paisajismo litoral y convirtió a este pueblo ribereño en tema recurrente de su paleta impresionista.
Ludovico Paganini nacido en Pozzolo Sul Mincio (Italia) llegó de niño a Santa Fe y adoptó la costa santafesina como musa. El 20 de mayo de 1957 falleció en la capital provincial. Entre la ciudad de Santa Fe y, sobre todo, en San José del Rincón, impartió clases y pintó sus lienzos más celebrados. Ludovico retrató con espátula la luz húmeda del río, los ceibos en flor y las crecidas que marcan la vida isleña. Introdujo el impresionismo y la técnica de la espátula en la región, fundó talleres y formó a generaciones de artistas locales.
Paganini se formó en la escuela nocturna Unione e Benevolenza de Santa Fe y se perfeccionó en los talleres de D’Annunzio, Reinares y Cavedo. En 1922 instaló la primera fábrica de espejos de la provincia y, tras una estadía de dos años en Génova, regresó con la influencia impresionista que caracterizaría su obra.
En San José del Rincón —por entonces un pequeño pueblo costero— fundó la Escuela de Dibujo que había iniciado Fray Francisco de Paula Castañeda en 1823 y se convirtió en “descubridor” pictórico de su paisaje: la plaza con la iglesia colonial, las calles arenosas y la curva del río iluminada al amanecer. Allí, según la crítica de El Litoral, produjo sus cuadros “más logrados”, inspirando a colegas como Francisco Puccinelli y Luis León de los Santos.
El pintor fue también un activo difusor cultural: presidió la Sociedad de Artistas Plásticos de Santa Fe, expuso individualmente en la Galería Müller de Buenos Aires y obtuvo premios como Amigos del Arte (1939) y el Gobierno de la Provincia (1946 y 1952).

Entre sus piezas más recordadas figuran “Inundación” y “Creciente – Rincón” (1915), óleos que capturan la atmósfera cambiante del litoral. Su sepelio, el 21 de mayo de 1957, reunió a funcionarios y personalidades de la cultura, prueba del reconocimiento ganado en vida. En 1962 y 1965, el Museo Municipal de Artes Visuales y el Museo Provincial Rosa Galisteo organizaron retrospectivas que consolidaron su legado.

Sesenta y ocho años después, las calles de Rincón todavía reflejan los matices que Paganini plasmó con su espátula: el brillo nacarado del agua, el rojo intenso de los ceibos y la quietud de las vacas en la creciente. Cada 20 de mayo, vecinos y artistas evocan al maestro que, con mirada sensible y técnica audaz, entregó a la costa santafesina un espejo pictórico que sigue devolviendo identidad y orgullo colectivo.







