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El presidente Javier Milei se reunió con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, y la funcionaria del organismo financiero destacó hoy los «impresionantes progresos» en la estabilización de la economía que logró la actual gestión de gobierno. Asimismo, aseguró que están «dispuestos a apoyar a la Argentina y a su pueblo en la construcción de estos logros».
El mensaje da a entender que tiene una buena predisposición de cara a una negociación. La llegada de Trump puede ser un dato positivo también en ese sentido, pero la evolución de este proceso está atada a varios elementos y encrucijadas que habrá de resolver hacia adelante.
Así lo explica Emilia Val, magíster en Sociología Económica y experta en deuda soberana, reestructuraciones y arquitectura financiera internacional: «Hay consenso, en general, en que la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca puede ayudar a Milei ante el FMI». Indica que esto se debe, sobre todo, a la cercanía ideológica que hay entre ambos presidentes». Eso determina su postura respecto de la agenda de Occidente, más que nada de Estados Unidos e Israel.
Val informa que, en este momento, se avanza en una revisión ex-post del acuerdo previo entre Argentina y el FMI, con el fin de dar paso a uno nuevo. «La idea principal del gobierno argentino es conseguir dinero, que sea uno nuevo, que implique un desembolso de dinero fresco en un contexto en el que Argentina tiene dificultades para recibir inversiones y necesita fortalecer las reservas», apunta. Y, si bien señala que el antecedente del préstamo al gobierno de Macri puede darnos la pista de que Trump genera un contexto favorable para este tipo de conversaciones y el mandatario estadounidense ve en Milei un aliado regional, no todo pasa por ahí en la negociación.
Negociaciones con el FMI: las trabas que hay por delante
Noemí Brenta, doctora en Economía y experta las relaciones entre Argentina y el FMI, anticipa que el triunfo de Trump, por la afinidad de las ultraderechas, ayudará a nuestro país ante el Fondo, pero «tampoco garantiza que el proceso vaya a ser un lecho de rosas» y es que hay varios elementos que enumeran su postura.
«Una de ellas es que nuestro país está sobre endeudado, sobre todo con el FMI, característica que no había en 2018, cuando el republicano intercedió para que se le diera el acuerdo en ‘stand by’ a la Argentina», dice. Así, para Brenta, «en una evaluación de la deuda pública, se probaría que es de muy baja sustentabilidad».
Asimismo, indica que, hoy, «no hay ninguna línea disponible para nuestro país por montos altos». Señala que, si bien podría crear alguna especial, lo cierto es que lo único a lo que podría aspirar el Gobierno es al Fondo de Resiliencia y Sustentabilidad. No obstante, anticipa que es poca plata, «son unos u$s8.500 millones, según mis estimaciones», estima. Y, por otro lado, recuerda que existe una línea flexible es precautoria, pero que no es de monto efectivo.
Por otra parte, menciona el hecho de que Caputo es el ministro de Economía actual. «Justo quien ocupaba el cargo durante la gestión del ‘stand-by’ de Macri y, en ese momento, el FMI pidió que lo sacaran porque no le gustaba cómo manejaba la adjudicación de las licitaciones de divisas», plantea Brenta.
Otro punto que menciona es que «el FMI suele ser muy insistente respecto de la devaluación de la moneda argentina». Indica que, hoy, tenemos tipos de cambios múltiples aún y el peso está algo sobrevaluado, hecho que contrasta con la tendencia predominante en las distintas monedas emergentes, que se deprecian contra el dólar. Brenta explica que el FMI siempre pide que los tipos de cambio converjan hacia la cotización más alta y devaluar la moneda de manera fuerte. No obstante, es poco probable que el Gobierno avance en este sentido porque, si esto ocurre, la aceleración de la inflación es inevitable y disminuye la capacidad fiscal de hacer frente a la deuda.
Y otro tema que la economista suma a la lista es que está la tasa de interés de política monetaria, que el FMI siempre exige que sea positiva y eso será difícil también, dado que, «el año próximo, el Gobierno quiere cierta expansión de la economía y será complejo que avance en ese sentido».
La histéresis, un elemento clave en la postura del staff
Dicen que «el que se quema con leche ve una vaca y llora» y esto aplica al siguiente punto que menciona Brenta: «Los propios funcionarios del FMI tienen cierta resistencia porque muchos de los que intervinieron en el ‘stand-by’ de Macri salieron heridos de ese proceso y no van a querer arriesgarse esta vez». Así, explica que, si bien EEUU nombrará un nuevo representante del país ante el organismo, es incierto asegurar que pueda tener tanta influencia como para vencer las resistencias que pueden tener los funcionarios producto de la experiencia previa.
Así, tal como plantea Claudio Loser, exdirector del FMI y presidente de Centennial Group para América latina, la llegada de Trump ayudará a lograr una negociación más fluida, aunque «en cuanto a montos de desembolsos, es que el Fondo no quiere otorgar demasiados. En consecuencia, el especialista en macroeconomía, finanzas internacionales y crecimiento económico en países emergentes, Pablo Bortz, apunta que «hay que ver qué le pide el staff a la Argentina para la negociación ahora, más allá del aval de Trump que logre».
Sugiere que lo que hay que ver es cuánta plata puede obtener nuestro país en este proceso de negociación y también advierte que China puede presentar cierta oposición en todo el proceso, por lo que el Gobierno está avanzando en conversaciones con el gigante asiático también.