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Un reciente estudio publicado en la revista The Royal Society ha desafiado las teorías previamente aceptadas sobre el comportamiento reproductivo de las ranas hembras. La investigación revela que, lejos de ser pasivas o indefensas frente a los machos, las ranas hembras emplean diversas estrategias para evitar el apareamiento no deseado, entre las que destaca el fingimiento de la muerte.
Comportamientos defensivos sorprendentes
El estudio, dirigido por la científica alemana Carolina Dittrich, se centró en las ranas temporarias o bermejas, una especie común en Europa. Durante la temporada de reproducción, los machos tienden a aferrarse a las hembras o incluso atacarlas en grupos, lo que puede resultar en la muerte de las hembras si no logran liberarse. Hasta ahora, se pensaba que las hembras carecían de mecanismos de defensa, pero el estudio ha demostrado lo contrario.
El equipo científico observó 54 hembras y documentó tres estrategias clave de defensa. La primera, la rotación, consiste en un movimiento en el que la hembra gira sobre su propio eje para deshacerse del macho. La segunda, las llamadas de liberación, involucra gruñidos y chirridos emitidos por la hembra para tratar de disuadir al macho. Finalmente, la más sorprendente de las estrategias es la inmovilidad tónica, en la que la hembra se vuelve rígida y extiende sus extremidades, simulando su muerte para que el macho pierda el interés.
Resultados reveladores
El estudio revela que el comportamiento más común observado fue la rotación, presente en el 83% de los casos, seguida por las llamadas de liberación (48%) y la inmovilidad tónica (33%). Estos descubrimientos sugieren que las ranas hembras son mucho más activas y estratégicas en su defensa de lo que se había considerado previamente.
Con estos hallazgos, el estudio no solo amplía nuestro entendimiento de la biología de las ranas, sino que también cambia la percepción sobre el rol de las hembras en el proceso reproductivo.