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La votación para insistir con la nueva fórmula de movilidad jubilatoria fue rechazada este miércoles en la Cámara de Diputados con 153 votos afirmativos, 87 en contra y 8 abstenciones. La oposición necesitaba una mayoría especial de dos tercios de los presentes, en este caso 165 sobre 248 diputados.
La victoria del oficialismo quedó asegurada gracias al cambio de posición de una parte significativa del bloque radical, que a principios de junio había votado en forma unánime a favor del proyecto redactado por el propio radicalismo en colaboración con otros sectores dialoguistas.
Ayer cinco diputados habían adelantado que ahora votarían junto con los libertarios. Fueron Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Pablo Cervi. Los cinco se reunieron con Javier Milei en la Casa Rosada y difundieron varias fotos del encuentro a través de las redes sociales.
También tuvieron una postura diferente Roxana Reyes y Gerardo Cipolini que figuran como ausentes. Cipolini no pisó el Congreso, sin embargo, Reyes participó de la sesión e incluso adelantó durante su discurso que pensaba abstenerse. Finalmente, decidió retirarse minutos antes de la votación.
El contraste más fuerte fue el del tucumano Mariano Campero ya que hace tres meses había planteado con énfasis en el recinto que era “un honor que desde este bloque haya surgido la idea de poner en la agenda nacional el sistema previsional”. “Hoy estamos dando un gran paso en este recinto en pos del objetivo de darle a los jubilados la valoración que les corresponde, honrando a nuestros abuelos y apostando a la calidad de vida real que tienen que tener nuestros jubilados”, dijo durante el debate de la media sanción.
Sin embargo, en los últimos días hizo propios los argumentos de la Casa Rosada y aseguró que tanto el kirchnerismo como sectores del radicalismo -a los que también calificó como kirchneristas- solo buscaban quebrar el plan económico de Milei.
“Este veto obligaba al Gobierno a emitir o a endeudarse, y eso generaba inflación, y esa inflación es lo que ustedes buscan para desestabilizar al Gobierno”, contestó Campero tras los reiterados ataques en su contra.
Por otro lado, los ocho diputados de Innovación Federal estuvieron presentes y finalmente se abstuvieron. Los diputados que responden a los gobernadores de Río Negro, Salta y Misiones evitaron las definiciones durante los días previos mientras continuaban las negociaciones. Mantuvieron el misterio hasta una vez iniciada la sesión.
En junio habían votado a favor y estuvieron de acuerdo con que se incluya en el dictamen el pago a las cajas previsionales provinciales.
“Esa fórmula (la ley vetada) evitaba lo que ahora será inevitable: una catarata de juicios contra el Estado por no respetar el empalme de una fórmula y la otra. Son juicios que el Estado va a perder, es un mayor gasto futuro”, explicó el rionegrino Agustín Domingo. Y agregó: “No vamos a votar en contra de esa decisión política que tomó el presidente, pero tampoco vamos a convalidar. La posición de nuestro bloque va a ser la abstención”. La decisión de estar presentes -cuando también se podrían haber ausentado- favoreció al oficialismo porque sube el umbral para llegar a los dos tercios de los presentes.
Si bien anunciaron que se abstendrían como bloque, la salteña Pamela Calletti figura como “deslogueada del sistema” antes de que finalizara el tiempo de votación.
Un dato de color lo aportó la mendocina Lourde Arrieta, que recientemente se fue del bloque libertario para conformar su propio monobloque: Fuerzas de Cielo – Espacio Liberal. “Los jubilados no pueden ser considerados pasivos fiscales”, dijo la diputada que rompió con sus compañeros tras la visita a represores en el penal de Ezeiza.
A pesar de haber declarado que seguiría apoyando el proyecto político de Milei, dio una muestra de autonomía política al abstenerse. En ese sentido, recordó que participó de la campaña presidencial de Milei “creyendo que el ajuste iba a ser para la casta, pero no para los jubilados”.
Otra sorpresa fue el voto afirmativo de Álvaro González, quizás el último representante del larretismo dentro del bloque PRO. El diputado porteño había votado en rechazo en junio pero esta vez decidió desafiar la disciplina partidaria, seguramente teniendo en cuenta que el oficialismo tenía más de los votos necesarios para blindar el veto.
Al término de la sesión, en la bancada radical sacaban cuenta y destacaban que los libertarios necesitaban 83 y finalmente lograron 87. Por lo tanto, sin los votos de los cinco “radicales L” el veto “hubiera quedado herido de muerte”.
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