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Un análisis sobre cifras oficiales indica que entre diciembre de 2023 y mayo de 2024, la provincia de Santa Fe perdió casi 12,000 puestos de trabajo registrados. Según la Secretaría de Trabajo de la Nación, Santa Fe es el tercer distrito de Argentina más afectado por el modelo económico dirigido por Luis Caputo.
Los datos provienen de un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) basado en información del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). La destrucción del empleo formal en Santa Fe asciende a 14,700 puestos según un criterio desestacionalizado, es decir, sin considerar las altas y bajas coyunturales como las contrataciones extras en comercio durante las fiestas. Con este criterio, la pérdida de empleos en Santa Fe es de 11,876. La variación interanual es negativa en un 2.5%, y respecto a abril, es de -0.3%. En mayo, había 509,600 personas ocupadas en la provincia.
Aldana Denis, economista del CEPA, señaló que el mercado laboral en Santa Fe mostró una tendencia ascendente hasta agosto de 2023, pero desde entonces ha declinado en consonancia con el contexto nacional. Inicialmente, la caída fue gradual, pero se aceleró con la implementación del modelo Milei, con pérdidas de cientos de empleos entre septiembre y noviembre, y desde enero a razón de 2,700 puestos por mes, con otras 2,000 bajas en abril y 1,700 en mayo.
Los sectores más afectados son la construcción, el comercio y la industria, que representan el 40% de la masa laboral. «Cualquier proyecto económico que afecte a estos sectores producirá un impacto en el empleo», afirmó Denis. A nivel nacional, la industria perdió 22,000 puestos laborales desde la asunción de Javier Milei, la construcción 64,000 y el comercio 6,600. Esto explica la destrucción del empleo, especialmente en los sectores más afectados por la crisis y el modelo económico actual.
Además de la construcción y la industria manufacturera, el sector de hotelería y gastronomía también ha reducido personal. En contraste, los servicios y el comercio en Santa Fe mantienen una relativa estabilidad. Un relevamiento del CEPA revela que la mayoría de los despidos (74%) se producen en empresas con más de 500 trabajadores, indicando un proceso de reducción, pero no de cierre.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) han sido particularmente afectadas, con el 99% de las 7,860 bajas en el registro de empleadores del SIPA proviniendo de empresas con menos de 500 trabajadores.
Este panorama refleja el deterioro del poder adquisitivo de los salarios, corroborado por la caída en las ventas de electrodomésticos en supermercados. «Es un círculo vicioso, la situación de la industria de línea blanca en Rosario se explica, entre otras variables, por la retracción del consumo debido a la pérdida de poder adquisitivo», explicó Denis.
La disminución de empleados registrados en el sector privado se refleja en otras estadísticas. A nivel nacional, se perdieron 123,000 puestos en el sector privado y 37,000 en el sector público durante el período analizado. También disminuyeron 15,683 empleos en casas particulares. Sin embargo, el trabajo independiente autónomo aumentó en 27,976 registros y los monotributistas en 70,592, lo que muestra una clara tendencia hacia la informalidad laboral.
