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De aquí a fin de año la provincia realizará por primera vez pruebas propias de evaluación de aprendizajes: el objetivo es monitorear los desempeños en lectoescritura de alumnos de segundo grado de la escuela primaria, en el marco del plan de alfabetización Raíz. Además de una medida inédita, se trata de una estrategia de alcance universal, pues no se limita a un recorte del alumnado sino que apunta a todo el sistema (público y privado), confirma a La Capital el ministro de Educación de Santa Fe José Goity.
El funcionario subraya que las nuevas evaluaciones que deberán hacer los niños son “un componente del plan Raíz”, también de impronta santafesina. El programa arrancó meses atrás con primer grado y se extenderá progresivamente durante el próximo bienio hasta completar el ciclo inicial. Se propone alcanzar “una alfabetización consistente y completa; un piso de fluidez y comprensión lectora” por parte de los alumnos, mientras que las pruebas “buscan tener un punto de referencia y a su vez generar indicadores en relación al plan y a los aprendizajes, por eso las repetiremos anualmente”.
Goity precisa que no hay registros de diagnósticos por el estilo en la historia de la cartera educativa. Los estudiantes santafesinos sí participan con regularidad de pruebas nacionales como las Aprender, en tercer y sexto grado de primaria, mientras que también se llevan adelante relevamientos en el nivel medio.
“Tener pruebas propias de aprendizajes y conocimientos es una política de Estado que asumimos y nos permitirá contar con elementos ciertos, con algunas evidencias. Si bien estos dispositivos no son toda la realidad ni resuelven por sí solos los problemas, nos aportan información clave para tomar decisiones en la materia”, asegura el ministro. Otras provincias ya exhiben una trayectoria en el diseño de herramientas de diagnóstico educativo, más allá del esquema nacional, como por ejemplo Mendoza, mientras que varios distritos del país realizan evaluaciones focales con la adquisición de habilidades básicas de lectura y escritura en la mira.
Un «punto de partida»
Los resultados que se obtengan a fines de 2024 serán los primeros en Santa Fe, por eso se los considera “un punto de partida”. ¿Qué aspectos se van a indagar en esta fase? El ministro explica que al igual que el plan Raíz (en cuya gestión articulan las autoridades del área, los integrantes del programa Cooperación para la Alfabetización, Copla, y los agentes del sistema en territorio) las evaluaciones están diseñadas en conjunto “con los equipos de la doctora Beatriz Diuk, investigadora independiente del Conicet que tiene experiencia en Entre Ríos, en Salta, en Córdoba, y trabaja desde el Instituto Natura, con el que hicimos un convenio”. Goity aclara que dicho convenio no involucra cuestiones económicas.
El plan Raíz, añade, se sostiene con recursos provinciales a la espera de un refuerzo de fondos nacionales que de momento no están, “pero deberían venir porque hay un compromiso explícito en ese sentido”. La inversión de la administración Pullaro pasa fundamentalmente por la impresión y la distribución de los insumos pedagógicos -(un libro de actividades y una novela) que se envían a un total de 1.476 escuelas, y por la capacitación a los equipos docentes (la meta de máxima es entrenar en alfabetización a 2.700 maestros de grado y a 1.635 directivos a lo largo de siete encuentros).
En la actualidad cursan primer grado en territorio santafesino 53.400 niños, en entornos rurales y urbanos. Según Goity, prácticamente todos están formando parte del flamante programa de alfabetización, ya que luego de que le fuera ofrecido a las escuelas “tuvimos un nivel de incorporación de casi el 100 por ciento”. De acuerdo a datos oficiales, en Rosario llevan adelante la propuesta 244 de 251 establecimientos, lo que involucra a 14.253 alumnos.
Hacia una alfabetización completa
En la resolución ministerial 375, que en abril aprobó el ciclo de formación docente en alfabetización inicial para el período 2024-2026, se dejó planteada la necesidad de una evaluación externa de fluidez lectora. “Con el objeto de que el sistema educativo provincial cuente con datos válidos y confiables respecto del nivel lector de sus estudiantes, se propone realizar una evaluación de lectura al finalizar el segundo grado”, estipula la norma que lleva la firma de Goity. En este cuatrimestre se prevé explorar, entonces, los aprendizajes de chicos de siete y ocho años que no han sido alcanzados por la política de alfabetización, línea de base contra la cual después se ponderarán los niveles de avance a partir de 2025. Ni los exámenes ni los resultados serán nominales, es decir que no se podrá identificar a sus artífices, tampoco a las escuelas a las que asisten.
Si bien hay que esperar para conocer con exactitud la radiografía del sistema provincial, “existe un déficit general en lectoescritura en el país: según las pruebas Aprender (2023, que se publicaron el mes pasado) se estima que el 33 por ciento de los chicos de sexto grado no entienden lo que leen. De allí la importancia de la estrategia de alfabetización”, señala Goity, quien no tiene par a nivel nacional pues desde diciembre pasado el Ministerio de Educación se redujo a una Secretaría, dependiente de la cartera de Capital Humano.
“Creemos que vamos a mejorar los aprendizajes y que los chicos que no han alcanzado una correcta alfabetización lo van a lograr; además queremos ver el grado de logro año a año. En 2027 tendremos cuatro evaluaciones que nos permitirán dar cuenta del desempeño de la política implementada e información sobre los alumnos que necesitan un seguimiento especial. El objetivo es que ningún chico termine el primer ciclo (tercer grado) sin estar consistentemente alfabetizado”, insiste el titular de Educación, y revela que en esta cruzada toman como referencia a Brasil, que ha mejorado los índices de manera extraordinaria aun en Estados muy pobres.
Detalles técnicos y operativos de las pruebas en ciernes “se trabajarán al interior del sistema” en los próximos días.