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Este 2024, la UNL celebra los 25 años de la creación del Programa de Educación a Distancia. Hoy, 4 mil alumnos en promedio optan cada año por estudiar en esta dimensión virtual. Más de dos décadas de innovación en la educación mediada por tecnologías.
La trayectoria de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en la Educación a Distancia como modalidad curricular alternativa para el acceso a los estudios superiores transita sus 25 años de desarrollo.
Actualmente, cuenta con unos 4.000 alumnos en promedio que cada año optan por una de sus más de 30 propuestas entre tecnicaturas, licenciaturas, ciclos de complementación curricular y ciclo inicial de abogacía.
Hace 25 años tenían lugar las primeras innovaciones académicas, interpeladas por diversas fases de mediación tecnológica, y la UNL afrontaba el desafío de dar respuestas a las incipientes demandas de capacitación y formación en este ámbito. En esos inicios, la educación a distancia era mediada por pantallas analógicas, con una emisión satelital acompañada por cuadernillos; mientras que hoy, la UNL protagoniza un escenario transmedia, multiplataforma y de hibridación que interpela por la calidad universitaria y las buenas prácticas.
Desde entonces y hasta la actualidad, la Universidad decidió innovar en la estrategia de mediación tecnológica en la educación superior por medio de proyectos institucionales, académicos y pedagógicos, que son el marco de la alta disponibilidad y accesibilidad a tecnologías emergentes con sentido educativo.
Programa pionero
Para la UNL el desafío fue llegar al territorio ampliando los límites de la Educación Superior y pensando en formatos diferentes. La primera línea de acción política fue la creación del Programa de Desarrollo centrado en la educación mediada por tecnologías, por Resolución del Consejo Superior 138/99 del 1 de julio de 1999.
“Ha sido un desafío enorme para la UNL sostener durante 25 años una política académica de innovación con tecnologías que fueron atravesando varias fases tecno-pedagógicas”, señaló Alejandra Ambrosino, directora del Centro de Educación y Tecnologías (CEDyT). “Como comunidad, con los docentes y los gestores rememoramos los inicios del proyecto basados en una pantalla del estilo emisión televisiva, con conexión satelital… hoy nos encontramos enseñando inmersos en escenarios combinados, hiperdatificados, transmediales compuestos por una multiplicidad de pantallas que convergen en la experiencia universitaria”, acotó.
A la par, se apuntaba a captar la fortaleza de la Universidad en desarrollo académico y disciplinar de sus unidades académicas, por eso el diseño y gestión curricular se trabaja con sus comunidades. Y como tercera premisa se pensó en una estructura de gestión transversal, de trabajo horizontal junto a las unidades académicas del entonces CEMED, ahora CEDyT, como unidad de gestión y vinculación, para potenciar el trabajo en red con los interlocutores internos y externos a la UNL.
Aquella etapa inicial contó con un tiempo de diseño y desarrollo curricular, luego se apuntó a consolidarlo planteando carreras enteras a distancia con llegada al territorio y, actualmente, este tercer momento -acelerado por la pandemia- se apuesta por el rediseño de los formatos de la enseñanza superior atravesados por mediaciones tecnológicas con nuevas configuraciones del espacio y tiempo universitario que hacen indispensable analizar los nuevos roles tanto en la presencialidad como en la virtualidad.
Territorio expandido
En estos 25 años, la UNL fue consolidando una idea de territorio expandido digitalmente: Territorio y tecnologías fueron dos políticas que se priorizaron sin perder de vista que ambas acompañan un proceso de formación universitaria.
Pensada en sus inicios en términos locales, con la tecnología de alcance en Santa Fe, se fue expandiendo a otras regiones y así se consolidó una Red de más de 100 Centros de Apoyo a lo largo de 13 provincias argentinas. Se trató de una fase analógica, con un soporte satelital que permitía la transmisión de clases desde un aula emisora hacia una red de aulas que proyectaban la señal en cada localidad. La producción de materiales para la enseñanza en soporte impreso y las fuentes de información bibliográfica fueron claves para sostener esta red con el alumnado.