Desde temprano, en el microestado de Ferro, en Caballito, el Partido Justicialista convocará a los 900 integrantes que conforman su congreso nacional para iniciar su reorganización luego de la dolorosa derrota sufrida en el balotaje de noviembre pasado. Con la conducción del gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, el peronismo designará una comisión de acción política que reemplazará a la presidencia de Alberto Fernández, que en verdad poco y nada ejerció el cargo. Los integrantes de la comisión representarán a todos los sectores internos y se barajaba como posible cabeza a la senadora y ex gobernadora Lucía Corpacci, con buena llegada a unos y a otros, aunque las versiones diferían. Lo mismo acerca de la posibilidad de ir a una interna para resolver las nuevas autoridades, una decisión para lo que todavía hay tiempo. Lo que urge es que el peronismo pueda organizarse y reposicionarse políticamente frente a un Gobierno que parece dispuesto a llevarse todo por delante.
La idea de una CAP amplia y representativa comenzó a dar vueltas inmediatamente después de las elecciones. El viaje de Alberto Fernández a España mientras aquí Javier Milei arrancaba con mega devaluación, mega DNU y mega ley generó malestar, más allá de las consideraciones sobre su decepcionante gestión presidencial, hoy bajo la picota. La conducción de la CGT asumió en ese primer tramo el rol de cabeza de la resistencia con una cautelar judicial, una movilización y un paro general.
Pero ese período ya pasó y es necesaria una jefatura que palpe el clima social y actúa de acuerdo a sus tiempos. Con todo, un congresal que participará hoy del encuentro en Ferro anticipaba que la jefatura de la oposición en este período correrá por cuenta de los bloques legislativos, donde Unión por la Patria tiene posibilidades de ponerle obstáculos al devastador plan de la ultraderecha que representa Javier Milei.
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