SWAP CON CHINA: DECLARACIONES DE DIANA MONDINO PONEN EN JAQUE EL ACUERDO

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Las recientes declaraciones de la canciller Diana Mondino sumergieron a la Argentina en otra disputa con su principal socio comercial, China. Sucede que la funcionaria tocó un tema muy delicado para la nación asiática: su disputa con Taiwán y el principio de una sola nación-estado en la que todos son parte de esa única entidad nacional.

En pocas palabras, el recibimiento de Mondino a la diplomacia taiwanesa es reconocer a la soberanía de la isla por encima de la disputa con China, algo que no habría caído muy bien en Pekín y que seguramente traerá consecuencias negativas para las relaciones bilaterales y comerciales, pero un punto más urgente, es el swap que el país mantiene con China, vital para las reservas y la deuda nacional.

«Taiwán es una parte inalienable del territorio de China, y la cuestión de Taiwán es completamente un asunto interno de China. La clave para mantener la paz y la estabilidad en el estrecho es defender el principio de una sola China”, tuiteó la misión diplomática china en Argentina tras el simposio de Mondino.

El mensaje llegó a pocos días de las elecciones en la isla y en medio de una serie de reclamos desde Pekín a Estados Unidos para que detenga la venta de armas. De hecho, en los últimos días, el gigante asiático sancionó a cinco empresas estadounidenses por estos envíos al estrecho de Taiwán.

Pero vamos a lo importante, ¿cómo puede afectar esta provocación de la flamante canciller de la Argentina el swap con China?

Los desplantes de la diplomacia argentina a China

Cabe recordar que el cortocircuito en las relaciones bilaterales se inició a partir de dichos y acciones que encuentran su génesis en la campaña presidencial y que exponen que, con la llegada de Milei, se está experimentando un cambio de la orientación de la política internacional y los alineamientos geopolíticos de la Argentina, en detrimento de las relaciones con los socios regionales y con potencias emergentes en ascenso, como China.

Las declaraciones de alineamiento con Occidente (principalmente EEUU), el rechazo a ingresar al bloque de los BRICS y el creciente acercamiento de Mondino a Taiwán, el cual rompe la tradicional posición de la diplomacia argentina con relación al tema, causaron un esperable malestar en las autoridades chinas.

En términos económicos y financieros, estas acciones ya tuvieron importantes repercusiones sobre el swap de monedas. Primero, China congeló la ampliación que había sido acordada por el gobierno de Alberto Fernández (por unos u$s6.500 millones) y podría seguir, «con la exigencia de pago del tramo utilizado, de aproximadamente u$s5.000 millones», explica -en declaraciones Emilia Val, doctora en sociología e investigadora del Centro de Estudios Sociales de la Economía en Escuela IDAES de la Universidad de San Martín.

Val agrega que, si bien esto no debería repagarse en lo inmediato, «sí sumaría tensiones externas, pudiendo resentir otros aspectos de las relaciones económicas, como son las comerciales y las relativas a las inversiones en infraestructura».

El economista Federico Glustein coincide con esa mirada y sostiene que China podría reaccionar con un embargo de exportaciones porque la deuda con ese país es muy grande, «tanto en términos de proveedores de importaciones, como por los fondos del swap».

Sin embargo, aclara que es poco probable que avance en este sentido puesto que señala que el gigante asiático también necesita de las exportaciones argentinas.

Swap: el efecto Mondino en las reservas

Por su parte, Val explica que la escalada del conflicto y el eventual cierre del swap para nuestro país dejaría al Gobierno sin acceso a un financiamiento que es «fundamental para las reservas del Banco Central (BCRA) ante las dificultades recurrentes de nuestra economía para acumular dólares» y pagar deuda e importaciones.

Recuerda, en este sentido, que el swap permitió incluso atender compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la anterior gestión de gobierno. Y agrega que, si bien ahora se está logrando sumar reservas, «la fragilidad externa es aún notoria».

Val advierte que el acceso a los mercados internacionales de deuda parece aún distante para nuestro país mientras que los compromisos son crecientes y el FMI no está brindando financiamiento neto positivo, sino, solo el necesario para cubrir los compromisos al propio organismo.

Pablo Bortz, investigador de CONICET y docente, coincide en que, por ahora, el acuerdo con el FMI trajo algo de alivio para el primer trimestre en cuanto a los vencimientos de deuda. Sin embargo, advierte que la oferta de dólares, pasado ese periodo de tiempo, puede verse afectada, ya que se podría tener que destinar más divisas para cancelar el swap ya utilizado o pagar importaciones con China. Este último aspecto está en parte cubierto también por el swap.

Para Bortz, aparte de la cuestión relacionada con las reservas del Banco Central, hay que considerar las repercusiones de «lastimar las relaciones con China«. Dado el comercio centralizado de ese país, una disputa con ese gigante podría resultar «en una disminución de las exportaciones, siendo China uno de los principales mercados, especialmente para productos como la soja y sus derivados«.

En ese mismo sentido, se expresa Alejandro Olmos Gaona, historiador e investigador de la deuda pública, quien señala a este medio que, si bien el Gobierno no va a necesitar el swap para pagar al FMI, por lo que los problemas de la relación con China no serían tan inmediatos, en el futuro «vamos a tener problemas porque tenemos una canciller que no tiene la menor idea de lo que son las relaciones exteriores«.

Según su mirada, enfrentar a China, que es uno de nuestros socios comerciales más importantes, es extremadamente dañoso para la economía argentina, que necesita de muchas inversiones en este momento.

Para Olmos Gaona, en este momento, el swap va a quedar en stand-by, salvo que el Gobierno necesite. Y espera que, si eso sucede, China va a acceder, «pero en sus tiempos«. De hecho, recuerda que, recientemente, desde el Ejecutivo se elevó un pedido para la reactivación del mecanismo y «no hubo ninguna respuesta«.

El historiador subraya que privilegiar a Taiwán sobre China, «es suicida«, por lo que los analistas coinciden en que va a tener que haber una gran labor de parte del embajador argentino en territorio chino, así como de la Cámara Argentina-China para poder bajar un poco los humos y enmendar los desatinos diplomáticos.

Una necesidad en el segundo trimestre

Además, existen inversiones ya comprometidas y algunas ya realizadas, recuerda Bortz, así como financiamientos chinos que podrían resentirse. «La posibilidad de que China decida acelerar el repago del swap también agrega complejidad a la situación, planteando potenciales problemas a futuro» advierte.

Así las cosas, las tensiones internas dentro del Gobierno con relación a China reflejan una dicotomía evidente. Por un lado, existe un enfoque pragmático que se ajusta a las necesidades urgentes de una economía en crisis. Por otro lado, se observa un realineamiento internacional impulsado por posturas ideológicas que están notablemente alejadas del pragmatismo y parecen carecer de una lectura adecuada de la geopolítica global.

Esta dualidad de enfoques genera conflictos internos y, tal como dice Val, «destaca la complejidad de la toma de decisiones en un contexto donde se entrelazan intereses económicos inmediatos y consideraciones ideológicas a largo plazo».

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