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Tan molestos como inevitables, los mosquitos forman parte del combo del verano en el Litoral argentino, donde la humedad, el calor y el tipo de vegetación forman el marco perfecto para su reproducción y supervivencia.
Este año, con el fenómeno de El Niño (más lluvias que lo habitual) mostrando toda su potencia en esta región del sur de América, estos insectos presentes en casi todos los rincones del mundo invaden parques, patios, zonas verdes y también domicilios de forma insistente, sobre todo a la mañana temprano y cuando cae el día. Según explicó el ingeniero agrónomo Carlos Tasinato, a cargo de la dependencia de Control de Vectores de la Municipalidad de Rosario, la invasión de estos insectos es un suceso que ocurre cada año a partir de mediados de la primavera y durante el verano, cuando empieza a haber más humedad y más lluvias que durante el resto del año.
“Es lo habitual: hay un pico de lluvias en primavera y otro hacia finales del verano y principios del otoño, que coinciden con las temperaturas óptimas para el desarrollo de poblaciones de mosquitos”.
El efecto de El Niño
La pregunta del millón que circula entre los habitantes del Litoral es si este año hay más mosquitos de lo habitual, tal vez motivada por el recuerdo cercano de los últimos veranos marcados por una sequía inédita y una bajante extraordinaria del río Paraná.
“Los picos poblacionales dependen de diferentes factores ambientales, a veces se adelantan y arrancan a mediados de noviembre. Hay que recordar que, siendo este un año Niño, estamos teniendo precipitaciones más abundantes que lo normal, ya que este fenómeno las potencia”, dijo Tasinato.
“Venimos de años de sequía y bajante pero no diría que no hubo mosquitos, diría que hubo períodos más cortos con presencia de estos insectos, momentos menos prolongados, pero este año el fenómeno de El Niño potencia su presencia”, explicó.
Identikit
En relación a los tipos de mosquitos más comunes en Argentina, el especialista explicó que existen tres tipos a nivel país que son “los más complicados” para gestionar en relación a la salud y al bienestar de la población: el Aedes aegypti, que es el que transmite el dengue entre otras enfermedades y vive sobre todo en zonas urbanas.
El otro es el Culex (de muy amplia distribución en la zona, pero sin impacto sanitario tan marcado, al menos hasta ahora), y el popularmente llamado “charquero” (Aedes albifasciatus) que es muy oportunista y que se desarrolla en ambientes como parques e islas y tiene hábitos más diurnos.
“El charquero y el Culex son molestos porque pican, y si bien a veces es necesario hacer controles de población no es algo fácil de hacer, porque crecen en grandes espacios donde encuentran buenas condiciones ambientales que son imposibles de controlar en su totalidad”, dijo Tasinato.
“Hay que entender que nosotros tomamos contacto con el ambiente y que la naturaleza nunca es algo estéril, interactuamos todo el tiempo con otras especies y hay que conocer sus códigos. No significa no hacer nada al respecto, pero es imposible pretender que no haya mosquitos en esta época del año”, agregó.
Recomendaciones para pasar la temporada
Evitar la presencia de mosquitos en estos meses es imposible, pero hay algunas recomendaciones que pueden ser útiles para minimizar el tiempo de convivencia con estos insectos: una de ellas es tomar nota de los horarios en los cuáles se hace actividad física o recreativa al aire libre.
“Los hábitos de caminata o los momentos recreativos son al final del día en verano, cuando baja el sol y hace menos calor, que son los momentos de mayor actividad de los mosquitos que son crepusculares”, dijo el especialista, quien recomendó el uso de ropa con mangas largas y colores claros porque atraen menos a los insectos y, sobre todo, el uso de un buen repelente. “No son todos iguales, hay que ver el porcentaje de DEET que tienen”.