FRANCISCO PUCCINELLI: EL ÚLTIMO PINTOR DE CABALLETE AL HOMBRO QUE INMORTALIZÓ RINCÓN

Conocido como «Totó», Francisco Clemente Puccinelli fue un prolífico pintor acuarelista que dedicó más de siete décadas a plasmar con maestría los paisajes de Santa Fe y diversos rincones del mundo. Nacido en 1905 en Grutly, Santa Fe, Puccinelli dejó una huella imborrable en la historia del arte santafesino y rinconero.

San José del Rincón fue su lugar en el mundo, donde estableció su taller en la esquina de las calles San Martín e Independencia. Jamás intentó lucrar su obra, que en muchos casos regalaba. Su propósito era que su arte llegase a la gente y por eso aún hoy es posible encontrar sus acuarelas en muchísimas instituciones y domicilios particulares.

Su formación artística comenzó en la escuela del convento franciscano de Villa Diego, donde un sacerdote alemán lo inició en la pintura a la edad de 10 años. Luego de la Primera Guerra Mundial, viajó a Marsella, Francia, donde completó su bachillerato y estudió en la Escuela de Bellas Artes, adquiriendo un espíritu francés que influyó profundamente en su estilo.

Puccinelli se destacó por su habilidad como acuarelista, una técnica que dominaba como pocos. Sus obras eran reconocibles por su luminosidad y color, especialmente a partir de los años 70. Su muñeca ejercitada diariamente le permitía completar una obra en tan solo 20 minutos, y solía aplicar los colores directamente sin un dibujo preliminar detallado.

A lo largo de su vida, Puccinelli viajó extensamente por América y Europa, llevando consigo sus elementos de pintura. Sus obras se centraban en paisajes y puertos, y solía justificar su preferencia por la acuarela diciendo que «la acuarela pide agua».

Además de su carrera artística, Puccinelli fue un miembro activo de la comunidad, participando en diversas organizaciones culturales y siendo vicepresidente de la Alianza Francesa. Su objetivo era que su arte llegara a la gente, y muchas de sus obras fueron regaladas.

El pintor falleció en Santa Fe el 27 de noviembre de 1986, pero su legado perdura en las numerosas instituciones y hogares que albergan sus acuarelas. Francisco Puccinelli, el último pintor de caballete al hombro de Santa Fe, sigue siendo un referente del arte regional.

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