FAENA CLANDESTINA EN SANTA FE: LA ASSAL ENUMERÓ LOS RIESGOS DE CONSUMIR CARNE DE CABALLO

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Desde la Assal manifestaron los riesgos, sin controles ni trazabilidad de la carne. En Santa Fe crecen las denuncias de robos de caballos y faena clandestina

Luego de los lamentables episodios de esta semana en torno al robo y faena clandestina de caballos en las cercanías de la localidad de Monte Vera, que adelantó UNO, se pone alerta por los problemas de salud que pueden ocasionarse en caso de consumir este tipo de carne.

En diálogo con UNO, referentes de la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal) puntualizaron estos riesgos pormenorizando en los pocos casos en los que la carne que no proviene de frigoríficos culmina en algún comercio del circuito comercial.

Consultando acerca de los riesgos que acarrea un caso como la faena clandestina del caballo, la secretaria de la Assal, Vanina Marconetti sostuvo: «El consumo de carne de cualquier tipo de faena clandestina tiene los riesgos sanitarios de contraer cualquier tipo de enfermedad por la falta de higiene y falta de control del animal per se. Todos los animales, caballo en este caso, que no ingresan a un frigorífico carecen del control veterinario que garantice la salubridad del alimento que después se consume.Sumado a esto, Marconetti subrayó que «se trata de una faena que está hecha a cielo abierto, con todos los contaminantes del suelo, el aire, de la propia manipulación, al contrario del frigorífico donde hay veterinarios que controlan».

FALTA DE CONTROL SANITARIO

En consideración con la falta de control sanitario que conlleva faenar animales en plena vía pública, Marconetti manifestó: Para los animales de consumo como la vaca o el cerdo en la fase de producción primaria en el campo está reglamentada la medicación del animal, ya sea antibióticos, antiparasitarios, etcétera. Están establecidas las dosis, los tiempos de espera para que no aparezca la presencia de esos medicamentos en la carne que luego se consume. En un animal que no está considerado para consumo, los controles son distintos, más en estos casos al tratarse de caballos robados donde no se conoce nada de la historia del animal».

«Al hablar de la cadena de la carne uno hace mención a la trazabilidad del animal, donde se plantea que ese animal viene de un campo en donde hay un responsable veterinario que hace el control sanitario de los animales. El problema puntual es la faena clandestina en las condiciones insalubres que se da, además de no tener la trazabilidad de ese animal y el desconocimiento de su alimentación, medicación, etcétera», continuó.

Haciendo una comparación con el cerdo, en los casos en los que se ha detectado triquinosis los especialistas de la Assal coincidieron en que «se trataron de cerdos que fueron alimentados a base de basura, ratas y demás, además de ser faenados en un ámbito en donde es imposible detectar si el cerdo porta o no triquinosis. Esto es controlado por un veterinario al momento de la faena».

En consonancia con la consulta de este medio sobre las enfermedades que se ocasionan con el consumo de carne de caballo de faena clandestina, Marconetti puntualizó en que «son las mismas complicaciones con la variante de algún tipo de parásito que es propio del caballo».

Sobre esto explayó: «En las enfermedades que se puedan llegar a desarrollar entran en juego los agentes químicos de algún tipo de medicamento, el tipo de alimentación del animal y tal vez lo más peligroso de todo referido a la contaminación con microorganismos que son patógenos por el mismo ambiente, el lugar, el suelo, falta de un traslado higiénico».

CARNE DE FAENA CLANDESTINA EN CARNICERÍAS

Tanto vecinos como fuentes del sector frigorífico afirmaron en las últimas horas de la existencia de carne de caballo en algunos productos de las góndolas en carnicerías, puntualizando en su bajo precio. Sobre esto, desde la Assal afirmaron que «la carne que se obtiene de la faena clandestina no ingresa al circuito comercial normal».

«Generalmente nosotros detectamos que esta faena de animales se da por venta en redes sociales o de puerta a puerta. Lo que recomendamos es comprar la carne en las carnicerías o supermercados que se sabe que están habilitadas, donde podemos trazar el origen de la carne», afirmaron al respecto.

«En algunas carnicerías hemos detectado haciendo vigilancia alguna carne a la venta en mostrador que no tiene los papeles correspondientes, pero son casos difíciles que se den en cuanto a carne robada que ingrese a una carnicería. Nosotros detectamos carne de faena que no es proveniente de frigoríficos en algunas carnicerías, no es que no se detecta nunca, pero normalmente no está ligada al robo aunque puede ocurrir». continuó Marconetti.

Marginalidad

Cabe destacar que si bien está prohibido en el consumo interno, Argentina es el principal exportador de carne de caballo en el mundo. Consultados por la no legislación sobre el consumo interno de la carne de caballo, los especialistas de la Assal sostuvieron que «es una cuestión cultural». Y agregaron: «Aquí al caballo se lo toma como un animal casi doméstico, no como un animal de consumo. No hay una cuestión sanitaria detrás del no consumo interno de la carne de caballo. Hay frigoríficos en Córdoba o Buenos Aires que están habilitados para poder faenar caballo».

En relación a situaciones de pobreza, hambre y marginalidad, desde el organismo de control alimentario santafesino postularon que «históricamente la faena clandestina está muy asociado al contexto socioeconómico del país».

«Generalmente en situaciones de crisis, teniendo en cuenta el precio actual de la carne hay carnicerías que en lugar de comprar a frigoríficos donde tienen que pagar mayor cantidad de impuestos realizan su propia faena. Esto se da más en zonas aledañas a la ciudad de Santa Fe que en la ciudad en sí, siendo una práctica más de zonas rurales en donde el mismo carnicero tiene y faena sus propios animales, comercializando una parte de carne de frigoríficos y otra de este tipo», continuaron.

Cuando se detecta la existencia de faena clandestina se comunica a la guardia rural «Los Pumas», quienes realizan la investigación y buscan el origen de esa carne, donde se constata si se trata de abigeato o no.

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