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Los mosquitos, el calor y la humedad son casi una postal de la ciudad y alrededores durante la el verano, sin en embargo, los santafesinos estamos sufriendo el asedio de una invasión de los insectos a pesar del otoño y disminución de las temperaturas.
La docente de las cátedras Entomología Sanitaria, Control de Plagas y Vectores, Haydee Peña, de la Facultad de Bioquímicas y Ciencias Biológicas de la UNL, explicó a Veo Noticias que la gran presencia de mosquitos se debe a las lluvias registradas en el último tiempo que favorece su reproducción. Y, contrario a lo que se cree, la temperatura también es ideal porque no son lo suficientemente bajas para evitar la propagación.
«Uno percibe una baja de temperatura pero no es significativa para el ciclo evolutivo de los mosquitos; de hecho, la temperatura que estamos cursando en estos momentos es una temperatura ideal para el desarrollo de los mosquitos».
Además explicó que durante la sequía se produjeron zonas bajas que se volvieron propicias para que las hembras coloquen los huevos. «Esos huevos permanecen viables por mucho tiempo, por ahí fueron puestos en zonas pantanosas, barrosas, en bajos, y ahora esos lugares están ocupados por agua cuando empezó a llover y los mosquitos necesitan agua para cumplir su ciclo; cuando recibieron el agua eclosionaron todos juntos».
Finalmente, sostuvo que durante la sequía tampoco hubo desarrollo de deparadores naturales como las libélulas que se están desarrollando ahora pero su ciclo natural es más largo.