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Dicen que en las últimas semanas se incrementaron los delitos. Los episodios se repiten con más frecuencia y violencia.
En La Guardia no se vive bien, los hechos de inseguridad y las drogas en los jóvenes hacen estragos en ese barrio costero. Más allá de esto, hay gente que no baja la guardia y sigue luchando por cambiar la realidad.
El padre Matias Camussi junto a vecinos y referentes del barrio se encuentran trabajando en este tema. «Ahora en marzo fueron tres robos consecutivos que tuvimos en la capilla, pero no solamente a nosotros, en otras instituciones se han multiplicado los robos. Incluso en una misma institución varias veces como a nosotros; y es un dato conocido en La Guardia que los vecinos sufren muchos eventos de inseguridad, robo, arrebato, ya sea en sus casas como así también en la calle. Llegar a la noche a la garita de colectivo es imposible», dijo el responsable de la capilla de La Guardia.
El padre señaló que esta realidad no escapa a lo que sucede en el resto de la ciudad y dijo que los que generan estas situaciones son unas pocas familias del barrio.
«Lamentablemente son sobre todo muchos muchachos del barrio, los vecinos siempre los conocen. Por eso nos hemos querido reunir para tratar de abordar comunitariamente esta temática, porque todos sabemos que detrás de los hechos de inseguridad y los robos está el tema de los consumos problemáticos y el deseo por parte de los chicos que sufren este problema de conseguir rápidamente y fácilmente dinero para su consumo».
En tanto, los vecinos extrañan la tranquilidad que solía tener la zona. En este sentido, una mujer que vive hace 25 años en la zona sostuvo: «Esto era un paraíso, al gente oriunda, los lugareños, el pescador, el constructor, el vecino ese que con sacrificio mandaba a los hijos al colegio, los chicos tenían un club de barrio que los contenía, asistían a la capilla. Culturalmente se fue perdiendo, a la par que se fueron cayendo todos los valores de convivencia».