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El ministro de Educación, Nicolás Trotta, insistió hoy en que, para poder avanzar en un regreso a la presencialidad en las escuelas en las zonas que actualmente se encuentran en situación de alarma epidemiológica y sanitaria, «tienen que cambiar los números» de la pandemia de coronavirus.
«Para volver a las escuelas tienen que cambiar los números», volvió a subrayar hoy el funcionario, quien sostuvo que los parámetros para evaluar un eventual regreso a la presencialidad cuidada en el marco de la pandemia «son claros y están para cuidarnos».
De hecho, Trotta consideró que, con esos criterios, se encontró «el punto justo entre conjugar el derecho a la salud y la priorización de la presencialidad».
En ese sentido, indicó que «día a día se analizan las variables epidemiológicas» y adelantó que se va a «recuperar progresivamente la presencialidad» sólo en aquellas jurisdicciones «donde se logre pasar los 500 casos de manera descendente en cuanto a la tasa de incidencia y no haya una ocupación de más de 80 por ciento de las camas de cuidados intensivos».
La tasa de incidencia se calcula al dividir el número de casos detectados en un período de 14 días por 100 mil habitantes, y es uno de los parámetros utilizados para disponer medidas sanitarias junto a la medición del indicador razón, que resulta de la división de los casos acumulados en los últimos 14 días por la cantidad de casos que se registraron en los 14 días previos.
En relación a la tasa de incidencia, Trotta sostuvo que en aquellos distritos en los que la tasa de incidencia arroje 500 casos cada 100 mil habitantes «hay que suspender la presencialidad» porque se trata, subrayó, de «lugares de alarma epidemiológica».
«En el AMBA estábamos en 1.000 y ahora bajamos a 700», siguió el funcionario y luego comparó el parámetro de incidencia aplicado en la Argentina -500 casos- con el mismo indicador de alarma epidemiológica que utilizan otros países: «Alemania fija ese número en 330, Estados Unidos en 200», contrastó.
Por otra parte, el funcionario se refirió a la controversia política y judicial con el Gobierno porteño por la presencialidad en las escuelas y en ese punto aseguró que «no debería existir pelea» cuando se trata de «construir el consenso de cuidar la salud».
Por ese motivo, lamentó que «haya dirigentes políticos que el año pasado tenían un marco de diálogo y responsabilidad» -en referencia implícita a Juntos por el Cambio- y que hoy, en un año electoral, se «corren el velo» y manifiestan «los peores comportamientos, vinculados a lo especulativo».
En este contexto, Trotta insistió con que «no es una cuestión de deseo» la suspensión de las clases presenciales por razones sanitarias y subrayó: «Todos queremos a los chicos en las escuelas, pero los queremos en el marco de la responsabilidad, de cuidar a docentes y estudiantes».
A su vez, llamó a «ser conscientes de que las malas decisiones de una jurisdicción no impactan sólo a los ciudadanos de esa jurisdicción, sino que implica poner en riesgo la estrategia de todo el país para enfrentar una pandemia».
A modo de ejemplo, el funcionario se concentró en la situación de la provincia de Córdoba, que «incumpliendo el DNU, con una tasa de incidencia de 1099, sostuvo la presencialidad (escolar)» y una semana después «la puso en suspenso y cumplió la norma».
Finalmente, insistió en que en la Argentina «no puede haber un relajamiento social de pensar que hemos superado esta segunda ola» y alertó que «lo que el año pasado tardaba varios meses en ocurrir, en este 2021 ocurrió en días» a partir de la aparición de nuevas variantes del virus.